Lo que quisiéramos que quede después que haya terminado el proyecto

Javier Medina

La tendencia más fuerte de la energía va hacia la disipación. Nos afanamos y, pasado un tiempo, ya no queda nada: las actividades auto consumieron la energía invertida en ellas: el viento se  llevó la hojarasca que suele rellenar nuestro afán de redondear un proyecto. La otra tendencia, que exige focalización, va hacia la construcción, por así decir, de baterías que almacenen la energía para su redistribución y uso en el largo plazo. La energía se tiene que convertir en masa; de la potencia debe pasar al acto: de lo fluido a lo estable. A esto se ha convenido en llamar civilización, cultura. Claude Levy-Strauss distinguía entre sociedades frías (búsqueda de equilibrio homeostático) y sociedades calientes (de alta entropía). Nosotros: la cooperación al desarrollo, pertenecemos a esta segunda clasificación, para bien y para mal. Desde esta atalaya entiéndase la siguiente reflexión.

Estas ideas me vienen a la mente a propósito del comienzo de nuestra primera evaluación de medio año. No pretenden remplazar el trabajo del SISME, sino complementarle desde el punto de vista de alguien que está mirando, integralmente, la trascendencia de nuestro trabajo. Hemos conversado muchas veces acerca de, que lo que hagamos, dure y permanezca después que haya terminado el proyecto. En este sentido hablo de trascendencia.

¿Qué es lo que veo que, mínimamente, nos puede trascender, de nuestros proyectos en curso? También pueden entenderse estas notas, como sugerencias de ajuste.

La parte Corpúsculo de Biocultura la ubico en la columna de la izquierda: la que insume la mayor cantidad de recursos financieros. La dimensión Onda la ubico en la columna derecha: la que insume más recursos de piense y creatividad.

He aquí lo que entiendo que nos puede trascender y hacernos sentir orgullosos de nuestro trabajo:

Tangible Intangible
1 Plantas deshidratadoras de frutas y verduras A Un Municipio interconectado
2 Plantas de transformación de alimentos B Festival de la Madre Tierra
3 Circuitos cortos de provisión de alimentos para la Alimentación Complementaria Escolar C Tecnologías de la Crianza de la Vida recogidas y divulgadas
4 Red de Estaciones metereológicas interculturales: Pachagrama D Nuevos Servidores públicos calificados para implementar los Sistemas de Vida en sus territorios dentro de cinco años
5 Ferias de Reciprocidad inter ecológicas institucionalizadas E Insumos bioculturales introducidos en las currículas diversificadas de las escuelas públicas
6 Modelos  integrales de la crianza público-comunitaria de la cobertura vegetal, arbustiva y forestal F Centros de conectividad institucionalizados en el organigrama municipal.

Comentarios

Ad 1 y 2) Persiste la tendencia hacia lo que se ha hecho desde los años Setenta: desarrollo rural: suelo, agua, siembra, bioles, semillas y, además, en rubros que, sin nuestra colaboración, igual lo harían: papas, arvejas, cebollas, etc. Hemos quedado en que daríamos un paso hacia la transformación de alimentos. Pienso que nuestras energías, en colaboración con otros actores, llegan hasta Plantas de deshidratación y transformación de alimentos. Sugiero ajustar a estas baterías que quedarán después que nos vayamos.

Ad 3) Focalizar lo anterior en el “desayuno escolar”, que ya ha agarrado cierta institucionalidad en casi todos los municipios. Es algo que tenemos que fortalecer en calidad e innovación:  ver la experiencia de Manqa.  Cuando, dentro de diez años, las nuevas generaciones hayan incrementado su estatura en diez centímetros, nos sentiremos felices de haber contribuido a ello.

Ad 4) Esta es una primera semilla bien concreta y útil de diálogo inter científico que plasma, de modo concreto, la orientación a cambio climático del Programa. Alguito físico de cambio climático

Ad 5) Tenemos que tener consciencia que el Dinero, tanto si se acelera su concentración en un par de bancos de Wall Street (como ya se vio en la crisis del 2008: 1% posee la riqueza del 99% de la humanidad) como si se digitaliza (summum de la abstracción) y desaparece como dinero en efectivo (tendencia que ya ha empezado y que augura una era totalitaria), éste debe ser relativizado por la Reciprocidad: la Fortaleza ignorada de Bolivia. Una persona, familia, municipio, país… inteligentes,  deben apostar 50% al Dinero (mejor si oro y plata)  y 50% a la Reciprocidad. Los que se hayan entregado atados de pies y manos al Dinero, no sobrevivirán a la crisis global en curso. No se puede comer un dígito aparecido en la pantalla que, además, si jodes mucho, el Poder puede mandar un delete y estás frito. Por eso, mientras más ferias de reciprocidad volvamos a activar, mejor para todos. Ya habría, por lo demás, que empezar a conversar sobre un nuevo reparto de tierras para todos, no sólo para los pueblos indígenas. Tierra y Reciprocidad nos salvarán de las repercusiones del cierre de ciclo global.

Ad 6) Cuando se habla de forestación tenemos que descolonizar este concepto que nos lleva a la idea de plantaciones forestales. El concepto y el propósito es que nuestro territorio esté cubierto por vegetación para optimizar el agua, cuidar nuestros suelos, regular el ciclo hídrico, mejorar el clima, gracias a una buena cobertura vegetal. Lo que, por cierto, hicieron eficientemente las tecnologías indígenas de cosecha de agua. Nuestros bosques no son de coníferas. Nuestros bosques son biodiversos y, sobre todo, son bosques nativos, refiriéndonos al bosque amazónico. Tenemos el bosque andino y los bosques enanos de tholares en el altiplano, que tienen que ver directamente con nosotros. Tenemos que superar la mala práctica del “plantín, el vivero, la fotito y esito sería”. Fonabosque es una oportunidad para avanzar hacia ello.

En cuanto a la segunda columna:

Ad A) El tránsito del Municipio de la Participación Popular al Municipio del Vivir Bien, es el paso del paradigma mecanicista y atomista al paradigma orgánico e integral. Tenemos que interconectar las competencias municipales, los actores (no sólo patriarcales: dirigentes; también mujeres y ancianos y, sobre todo, adolescentes y jóvenes: los que implementarán los Sistema de Vida), los usuarios, clientes… de los servicios municipales y el territorio, entendido como Madre Tierra. Si hacemos esto: interconectar, habremos contribuido a evidenciar el Vivir Bien como política pública. Interconecten todo lo que puedan. No la vamos a pelar.

Ad B) Si dejamos institucionalizados los Festivales de la Madre Tierra, los 21 de diciembre, la habremos hecho. Podemos, incluso, soñar que sean declarados Patrimonio intangible de la Humanidad. Para empezar, instauramos la paridad. Ya tenemos el Festival del Padre Sol, en el solsticio seco y frio de invierno. Luego, desde los CECAS, puede ser un ejercicio de Comunidad de Aprendizaje, total, basado en las escuelas y centros educativos. Tenemos que investigar, rescatar e inventar: músicas (con los instrumentos de las época húmeda), letras, coreografías, pasos, vestuario, diseño, moda, telas, textiles, gastronomía con los frutos de la estación, turismo, comunicación, mercadeo, logística, normativa municipal, etcétera. Todo ello alimentará una pequeña industria de costureros, modistas, cocineros, restauradores, hosteleros, transportistas, administradores. Puede ser un atractivo turístico muy importante para nuestros municipios. Esto es un aprender holista, interinstitucional, multidisciplinario, intergeneracional y utilitarista, al mismo tiempo. Despertará vocaciones, profesiones, oficios para quedarse; no para emigrar. Al ser un festival de la época húmeda tiene que ver con los rituales de la fertilidad, e iniciación al emparejamiento. Ello nos obligará a revisar cómo fueron estos festivales en el incario y los ayllus, antes de que cundiera la represión sexual introducida por la evangelización; cómo es ahora, en los valles (Santa Vela Cruz, en Cochabamba, por ejemplo) en los pueblos de Tierras Bajas. No hay Vivir Bien sin una nueva actitud frente a la sexualidad y la naturaleza.

Ad C) La humanidad actual, prácticamente, ha sido ya medicalizada;  es decir, se nos ha quitado el poder cognitivo y tecnológico sobre nuestra propia salud y este saber y poder ha sido transferido a especialistas del Estado. Esta aventura moderna también está llegando a su fin. La humanidad, sobre todo, donde el hospital y la farmacia han  triunfado, está buscando los saberes ancestrales del cuidado de la vida por su integralidad, naturalidad, fácil aplicación, acceso y bajo costo; no son invasivos, agresivos o que curan algo y hieren lo demás. Sugiero, como ejemplo, recoger todo el saber de las mujeres sobre el embarazo, el parto, el post parto, hasta la rutucha. Podría ser un bestseller mundial, traducido a muchas lenguas, si lo hacemos bien. Nada nos impide no hacerlo bien.

Ad D) Humildemente sugeriría invertir nuestros esfuerzos, más académicos, en algo útil y valioso para nuestros jóvenes. Los Sistemas de Vida, la gran idea biocultural que hemos ayudado a posicionar como política pública, no va a pasar de la potencia al acto, si no formamos con el software apropiado a los nuevos Cuidadores municipales de la Madre Tierra. Tenemos que trabajar, ahora, para empezar a cosechar dentro de cinco años.

Ad E) Sobre lo de la introducción, en la curricula diversificada y local de las escuelas, de nuestros aprendizajes bioculturales, ya tenemos una buena práctica que podría ser ampliada mediante viajes de estudio e intercambio.

Ad F) Ya podríamos poner en el PTDI recursos para institucionalizar en el Organigrama municipal esta función que requiere la implementación de los Sistemas de Vida en los municipios.

¿Cómo pasa algo de la potencia al acto? ¿Cómo deviene lo real? ¿Cómo la energía: pensamiento: información, se densifica en masa? Primero tenemos que imaginar lo nuevo en nuestra mente; luego, pensarlo, es decir, focalizar la energía mental en una configuración: una Gestalt; después desearla con todo nuestro ser; enseguida, visualizarnos implementándola en la vida real; lo que nos va a llevar a hacer una maqueta de la idea o  a formularla como un proyecto y, después, a ejecutarla. Así, la energía se convierte en masa. Lo nuevo empieza en la mente.