Índice

     1. Antecedentes

  1. Mandatos
  1. Enfoque biocultural segunda fase
  1. AGRUCO: repensar la agroecología desde la integralidad y la transdiciplinariedad
  1. arco conceptual: el nuevo paradigma científico-técnico
  1. Plataformas territoriales / Centros de Alta Conectividad
  1. Marco Lógico
  1. Bibliografía

      Anexos

  1. Alfabetización Ecológica: Ecoliteracy, Fritjof Capra
  2. Marco Lógico de Cesar

  1. Antecedentes

 Lecciones aprendidas y Buenas prácticas de la primera fase

l Programa Nacional de Biocultura, durante su primera fase, no tuvo una estrategia integral de intervención, ni en el diseño de su oferta a los municipios, ni entre un SEB y otro; cada cual funcionó autónomamente. Sin embargo, a partir de la Evaluación de Medio Término se implementan tres hipótesis que expresan la tendencia hacia la  complementariedad de Desarrollo y Vivir Bien y la integralidad que se refleja en el siguiente cuadro:

PGI

La otra hipótesis que se postuló para visibilizar el Vivir Bien es que esta dimensión tiene que ver con la perspectiva matriarcal de la vida que privilegia las nociones de cuidado, crianza, reciprocidad y que posiciona la Ley de la Madre Tierra; en tanto que el Desarrollo privilegia la perspectiva patriarcal de la vida que enfatiza las nociones de modernización, industrialización, progreso. Ambas perspectivas las entendemos como complementarias.

La tercera hipótesis para visibilizar el Vivir Bien es evidenciar el vector económico que le dinamiza y que es la Reciprocidad; en tanto que el vector económico del Desarrollo es el Capitalismo. Ambas perspectivas las entendemos como complementarias.

A estas hipótesis de trabajo, tenemos que añadir la Perspectiva del Cambio climático como el horizonte de la segunda fase.

Hasta aquí las principales Lecciones aprendidas y Buenas prácticas de la primera fase de Biocultura.

2.   Mandatos

La Declaración de Paris.

 La cooperación internacional debe apropiar, armonizar y adecuarse a las políticas públicas bolivianas, en este caso, a la de Vivir Bien, Madre Tierra y Cambio climático y, asimismo, debe articular con la entidad responsable: la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra

Los “Lineamientos para orientar los proyectos en el ámbito de adaptación al cambio climático en el área rural”, de la Cooperación Suiza en Bolivia, son los siguientes:

  • “Intervención local para crear evidencia y promover…resultados”
  • “Fomentar la gestión del conocimiento”
  • “Enfoque integral participativo y basado en el diálogo de conocimientos científico y saberes locales”
  • “Gestión del conocimiento es clave para socializar experiencias…capitalizar aprendizajes e innovaciones…incrementar efectividad e impacto. Para ello se apoya:
  • “Promoción de espacios públicos de intercambio de saberes (redes, plataformas, TIC, etc.)”
  • “La comunicación de los resultados con enfoque de intercambio de saberes”
  • “Recopilación, discusión y difusión de aprendizajes (buenas prácticas y lecciones aprendidas)”
  • “Calidad de la participación de organizaciones de la sociedad civil”
  • “La Ley de la MT garantiza un desarrollo holístico para mejorar la Calidad de Vida”

Es, claramente, una agenda de gestión de conocimientos, desarrollo de capacidades, comunidad de aprendizaje  y de comunicación.

Comunicación

 En la Reunión anual de Socios sobre Comunicación para el Desarrollo, La Paz, 2014, el Embajador Peter Bischof bajó el lineamiento de repensar y rediseñar los Programas de la Cooperación Suiza en Bolivia desde la perspectiva de la Comunicación.

 Implicaciones de estos Mandatos

 Implica ir dejando el modelo sectorial del Desarrollo Rural clásico e ir avanzando hacia un modelo holista de Resilencia del habitat humano dentro de los ecosistema terrestres, hoy vulnerables por el Cambio climático

Conceptualmente, implica dejar el paradigma moderno de base materialista, mecanicista, atomista, sectorial, reduccionista y apropiar el nuevo paradigma científico de base cuántica que busca la complementariedad de lo material y lo espiritual, lo mecánico y lo orgánico, lo atomista y lo integral, lo sectorial y lo multidisciplinario, lo biológico y lo cultural, lo reduccionista y lo complejo: hard– y soft-ware. La lógica del Sowohl als auch: tanto lo uno como lo otro y dejar la lógica del Entweder Oder: o lo uno o lo otro.

Supuestos

 Con pocos recursos financieros, lograr un alto impacto. Eso implica dejar de invertir en proyectos puntuales y desconectados e invertir en las conexiones críticas (Capra, 2002) para interconectar la red municipal. A esto se llama “inversiones inteligentes”. Es continuar y energetizar una Buena Práctica de  la Cooperación Suiza en Bolivia, en el nuevo contexto político y ambiental.

Llegar a los más pobres para que dejen de serlo, respetando sus valores culturales

No suplir o competir con el Estado, sino complementarlo en lo que, de momento, no puede hacer. Dejar institucionalidad para operar y mostrar evidencias de las políticas públicas que nos competen: Vivir Bien, Madre Tierra y Cambio climático, sobre todo en el nivel local y, desde allí, retroalimentar los niveles departamentales, nacionales y globales.

  1. Enfoque biocultural

Los conceptos de referencia aplicables para el diseño de los proyectos, según los TDR que han firmado los Socios Ejecutores, son:

Ley Marco de la Madre Tierra  y Desarrollo integral para Vivir Bien

Esta es la Ley Marco del Estado Plurinacional de Bolivia y, en especial, del PB&CC. Los énfasis a tenerse en cuenta son:

  1. a) diseñar los proyectos desde un enfoque matriarcal: Madre Tierra, como la base de toda la propuesta biocultural;
  2. b) la noción de complementariedad de opuestos: Desarrollo y Vivir Bien;
  3. c) la noción de integralidad como base de la sostenibilidad;
  4. d) el Cambio climático como paraguas de las intervenciones concretas

Enfoque matriarcal

 Los subproyectos deben buscar prioritariamente favorecer a las mujeres en las inversiones con un énfasis especial en proyectos que les generen ingresos: lo cuantitativo, e incrementen su autoestima: lo cualitativo

Principio de complementariedad

Este es un principio básico de la Ley 300. En el PB&CC se expresa este principio en buscar la complementariedad de desarrollo: lo cuantitativo, y vivir bien: lo cualitativo; la complementariedad de conservar la biodiversidad de nuestros sistemas de vida y, al mismo tiempo, extraer lo necesario para vivir bien; buscar la complementariedad  de generar un incremento en los ingresos de las familias: dinero, y revalorizar y poner en valor las economías de reciprocidad: ferias inter ecológicas y regionales; buscar la colaboración entre ayllu: autoridades originarias y municipio: autoridades políticas

Principio de integralidad

 Para tener en cuenta los criterios mínimos que configuran la integralidad, se va a usar el Cuadrante de la Integralidad Sostenible. Para el caso de Biocultura, asume la siguiente configuración:

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Cambio climático como paraguas de las intervenciones concretas

La gestión del clima se implementa en proyectos concretos. A continuación los ejes temáticos que derivan de los Lineamientos de la COSUDE para el programa de Cambio climático

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  1. Repensar la agroecología desde la integralidad y la transdiciplinariedad

 La Universidad de la edad moderna se construye desde la lógica de las “facultades”, es decir, desde lo sectorial. Desde hace un par de décadas, las universidades de excelencia están transitando hacia la integralidad y la transdiciplinariedad que exige el nuevo paradigma científico-técnico. AGRUCO ha avanzado conceptualmente en esta dirección; ahora es la oportunidad para implementar ese enfoque en su oferta académica.

A nivel de política pública se está introduciendo, en la planificación estatal, los conceptos de Sistema de Vida, Mecanismo de Adaptación, Mecanismo de Mitigación y Mecanismo Conjunto que exigen, tanto, un enfoque integral y transdiciplinario, como la formación de recursos humanos para su implementación y administración.

El siguiente cuadrante nos puede facilitar una visión sinóptica de la Agroecología entendida integralmente. Está basada en los cuatro Elementales

 PGI4

En el Cuadrante Tierra, AGRUCO tendría que abrirse hacia lo silvo-pastoril y los Mecanismos. En Agua, hacia el manejo integral de “Cuencas resilentes”. En Fuego, tiene que incursionar en lo que es la transformación ecológica de alimentos y la gastronomía intercultural, ligada a Comedores Escolares. En Aire, tendría que preparar recursos humanos para la comercialización de la producción agroecológica de nuestra biodiversidad, a partir de la oferta, conciliándola con la demanda y un nuevo modelo de emprendimientos rurales (sobre el modelo, por ejemplo, de la Empresas comunitarias de turismo rural).

El diálogo transdiciplinario sobre todo de la física cuántica, las neurociencias, la psicología transpersonal, la filosofía, el desarrollo organizacional, la biología de la cognición, ha ido cuajando en algunos conceptos-bandera que Danah Zohar (2001) ha estandarizado y hecho populares y que nos pueden servir para ilustrar lo que estamos construyendo en Biocultura

La Inteligencia Ecológica

La toma de conciencia acerca de la aceleración de los cambios climáticos ha despertado la conciencia de nuestra pertenecía a la Tierra entendida como un ser vivo, inteligente, que se autoregula y que incluso ha llegado a crear la biosfera para poder amortiguar la radiación solar, que se ha incrementado, desde el origen de nuestra galaxia, para mantener la temperatura en unos niveles que hagan posible la vida en el planeta, a diferencia del planeta Marte, por ejemplo (Lovelock, 1987). Esta inteligencia ecológica se ha plasmado en la Carta de la Tierra, a nivel global y, en Bolivia, en la Ley Marco de la Madre Tierra

La inteligencia Racional

Este es el gran aporte que han desarrollado los griegos y ha determinado el perfil de la civilización occidental. Se trata del lugar privilegiado que se ha otorgado a la razón, a la lógica, al modelo causa-efecto, a lo objetivo, lo mensurable y definido; al desarrollo de la razón analítica e instrumental (Mayr, 1996)

La inteligencia Emocional

El cerebro límbico es la sede de las emociones, del interés y del cuidado del otro.   De ahí nacen las pasiones, los sueños y las utopías que impulsan a los seres humanos a la acción. La dimensión emocional fue combatida, en la era del positivismo, en nombre de una pretendida objetividad racional. Hoy sabemos que todos los conceptos, ideas y visiones de mundo, están impregnadas de subjetividad y emocionalidad (Goleman, 1996)

La Inteligencia Espiritual

El Espíritu tiene su lugar  dentro del proceso cosmogénico (Zohar & Marshall, 2001). El Espíritu es esa capacidad que muestra el universo de hacer, de todas las relaciones e interdependencias, una unidad sinfónica, que los físicos llaman Holismo relacional. El Espíritu es el que articula todos los factores; el que hace converger todas las energías; coordina todas las informaciones y todos los impulsos, hacia arriba y hacia abajo, hacia delante y hacia atrás, de modo que se forme un Todo y aparezca un Kosmos (Wilber, 2001).

En efecto, no hay forma de negar este proceso: de la energía primordial pasamos a la materia; de la materia a la complejidad, de la complejidad a la vida y, de ésta, a la conciencia; de la conciencia a la autoconciencia y de la autoconciencia a la Noosfera; es decir, la esfera de la mente unificada.

El estado del arte, del debate científico actual, lo podemos graficar así:

 Inteligencia espiritual Inteligencia ecológica
 Inteligencia emocional Inteligencia racional

 Marco conceptual: el nuevo paradigma científico técnico

 Lo primero de todo es que el universo  forma un Todo inconmensurable en continua evolución y expansión, a partir del Big Bang.

Lo segundo proviene  de la Teoría de la Relatividad, según la cual la dicotomía clásica: materia y energía es en realidad equivalente (el signo = de su famosa ecuación), de manera que la llamada “materia” no es realmente tal, sino más bien una suerte de energía condensada e interactiva, cuyos átomos pueden ser descompuestos y, de este modo, liberar la energía contenida en ellos.

Lo tercero nos viene  de la Mecánica Cuántica, según la cual la materia no posee únicamente masa, ni únicamente energía, sino que también posee información, la cual tiene su origen en la interacción permanente que se da entre  todos los seres. Hoy podemos decodificar estas informaciones, almacenarlas y utilizarlas en nuestros instrumentos de inteligencia artificial: automación, robótica, computación y sus aplicaciones, como por ejemplo, internet, email, facebook, twitter, para referirnos a los TICs.

En los últimos cien años, la ciencia ha hecho el siguiente camino: de la Materia llegó al Átomo; de éste, a las Partículas Elementales; de ahí, a los Paquetes de Onda; de éstos a las Superondas Vibradoras, en once dimensiones, y de ellas se llegó, finalmente, al llamado Vacío cuántico o, últimamente, Fuente Originaria de Todo Ser (Swimme & Berry, 1991).

La Fuente Originaria de Todo Ser

Esta formulación alude a que todo comienza con una misteriosa Energía de Fondo que lo impregna todo. No es algo que pueda ser representado con categorías espacio temporales, porque es algo anterior a las cuatro energías fundamentales: la gravitacional, la electromagnética, la nuclear débil y la nuclear fuerte, que componen y sustentan a todos los seres.

Los astrofísicos la imaginan como un inmenso océano sin márgenes, ilimitado, inefable, indescriptible, en el cual están hospedadas todas las informaciones, posibilidades y virtualidades de ser, que van emergiendo a lo largo de la evolución a medida que esta avanza, se hace más compleja y se interioriza. Como seres conscientes, los humanos  somos una realización de esta Energía y la humanidad la ha nombrado de múltiples maneras. El sustantivo Dios las recoge a todas ellas (Boff, 2013).

La cuatro manifestaciones de la Energía de Fondo

Esta Energía se desdobla en cuatro interacciones básicas que presiden el proceso cosmogénico: la gravitacional (que hace que los seres se atraigan entre sí); la electromagnética, que forma los diversos tipos de energía: la nuclear fuerte (que garantiza la cohesión de los electrones y los protones en torno al núcleo del átomo) y la nuclear débil (que regula el empobrecimiento de la radiación nuclear) (Zohar & Marshall, 1994).

Estas cuatro energías no son el propio Universo, en la medida que éste se muestra como un Organismo que se expande, actúa, se cohesiona, crea, organiza, se desarrolla, se complejiza e interioriza. Estas energías actúan juntas y de manera inclusiva, por obra de la Energía de Fondo. El universo, pues, como Organismo vivo, es el sujeto de todas las acciones cósmicas promovidas y sustentadas por estas energías. Desde el Big Bang, el proceso cosmogénico está poniendo Orden en el Caos inicial; está auto-organizándose y auto-creándose, en un movimiento abierto que llega hasta nosotros.

De lo dicho se desprende, pues, que el universo no es algo mecánico, como pretendió el Paradigma newtoniano (Medina & Mérida, 2012). Hoy sabemos, como la civilización animista lo supo desde siempre, que es un sistema orgánico, abierto y articulado: vivo.

Maturana (1980) llama a este proceso Autopoiesis. Nos interesan, ahora, las características que le atribuye: interrelación, interdependencia, mutualidad, reciprocidad,  complementariedad e interconexión. Obsérvese la coincidencia con los principios de la cosmogonía animista (Medina, 1999) y que, en las Plataformas Territoriales / Centros de Alta Conectividad, trataremos de modelar a nivel local, para reforzar el proceso evolutivo.

Complejidad / interiorización / interdependencia

Simplificando mucho, podemos decir que el Universo se organiza en forma del continuo: complejidad-interioridad-interdependencia, que son los factores que generan y garantizan la articulación de las partes y el Todo.

Desde el inicio, el proceso evolutivo produce complejidad; es decir, las cosas y los acontecimientos  no son lineales y simples, sino que están siempre articulando distintos factores, interacciones e informaciones, constituyendo una unidad compleja, que  emerge desde las dos primeras partículas que interactuaron: Onda / Partícula (Principio de Paridad y Complementariedad) hasta la complejidad de la mente del homo sapiens sapiens (Medina, 2008)

En la medida que se incrementa la complejidad, crece también la interioridad. Cada ser posee su propia singularidad y su manera de intercambiar información y hacerse presente en el mundo. No sólo tenemos un afuera sino también un adentro. Interior / Exterior. No solo actuamos como individuos sino también colectivamente: Individuo / Colectivo (Cuadrante de la Sostenibilidad Integral)

Esta interioridad se hace patente cuando emerge un sistema nervioso central en los vertebrados y un cerebro en los homínidos. Aquí va haciendo su aparición la conciencia, la inteligencia, la espontaneidad y la libertad. Esta dimensión de la subjetividad humana y de la autoconciencia fue dejada de lado en las cosmologías modernas. Por eso cuesta tanto entender el Vivir Bien. Nuestras universidades siguen exudando positivismo.

Hay, finalmente, un tercer principio: el de la interdependencia o conectividad de todos con Todo. Se la conoce también como la Relational Matrix del universo. Es decir, todos los seres, desde las estrellas primigenias, pasando por el sistema solar, hasta nosotros mismos, estamos hechos de los mismos elementos físico químicos que maduraron en el interior de las estrellas rojas gigantes hace miles de millones de años, las cuales, cuando explotaron, lanzaron dichos elementos en todas las direcciones.

Así, pues, las cuatro interacciones, a que nos hemos referido, crearon millones de constelaciones con tales elementos, formando las estrellas y los planetas. Y esas mismas interacciones actúan igualmente en todo el espacio cósmico. Por la fuerza de gravedad, las galaxias son interdependientes.  El equilibrio electromagnético y nuclear sustenta la sinfonía del universo, impidiendo que los acontecimientos caóticos destruyan la totalidad armónica (Capra, 1975)

Gaia / Pachamama: un super organismo vivo

 Una de las constataciones más sorprendentes de la nueva cosmología, emergente del nuevo Paradigma científico, es la Teoría de Gaia de James Lovelock. Por fin coinciden la mirada animista indígena y la mirada científica contemporánea: la tierra es un organismo vivo, inteligente, que se autoregula. Los amerindios la llaman Pachamama y los europeos Gaia: la Madre Tierra de la mitología griega

El primero en proponerla, sin embargo, fue el geoquímico ruso Vernadsky hacia 1920, pero apenas si tuvo repercusión. Más tarde, en los años setenta, fue retomada con mayor profundidad por Lovelock, a la sazón bioquímico atmosférico de la NASA.

Lovelock comparó la atmosfera de la Tierra con las atmósferas de Marte y Venus y quedó claro que la Tierra se presenta como un gigantesco super organismo que se auto regula y que combina lo físico, lo químico y lo ecológico, de un modo tan sutil y perfecto que siempre produce y reproduce vida y hace que todos los seres se interconecten y cooperen entre sí.

Dejemos la palabra a Lovelock: “Definimos la Tierra como Gaia porque se presenta como una entidad compleja que abarca la biosfera, la atmosfera, los océanos y el suelo; todos estos elementos constituyen un sistema de realimentación que busca un medio físico y químico óptimo para la vida en este planeta” (Lovelock, 1987)

Lovelock, además, mostró que la propia biosfera, esa finísima capa que rodea la tierra, es una creación de la propia vida. Los seres vivos, en diálogo con las energías del universo, crearon para sí un hábitat favorable para el mantenimiento de condiciones relativamente constantes, de todos los elementos que propician la vida.

Comunidad de Vida

La Madre Tierra ha dado a luz las más variadas formas de vida, desde los microorganismos: bacterias, virus, protozoos y hongos, pasando por flora y fauna, hasta llegar a nosotros. Los seres vivos, generados por Gaia / Pachamama, están entrelazados e interconectados de forma tan íntima que constituyen algo más que un mero Ambiente. Forman una Comunidad de Vida y esta expresión no es una metáfora sino una constatación científica.

Cuando en 1953, Francis Crik y James Watson decodificaron el código genético, descubrieron que todos los seres vivos, desde los más simples, las bacterias,  hasta los más complejos: los seres humanos, están compuestos de 20 aminoácidos y cuatro bases fosfatadas: adeina, citosina, guanina y timina. Las diferentes combinaciones de estos elementos dan origen a la biodiversidad. En ese sentido todos somos portadores de un mismo código genético. Esta comunidad de vida, debido a la interdependencia de todo con todo, garantiza la sostenibilidad de los biomas y del conjunto de biomas que es la Madre Tierra (Capra, 1994).

El ser humano: la conciencia de la Tierra

El ser humano no está sobre la tierra; representa, más bien, un momento muy especial de la complejidad a la que ha llegado el proceso evolutivo de la Vida. La Tierra, llegada a un cierto nivel de conexiones, hace que irrumpa la conciencia y, junto con ella, la inteligencia, la sensibilidad y el amor (Temple, 2002). El ser humano es tierra que siente, piensa y canta, como decía Atawallpa Yupanqui.

Este es el marco conceptual que debemos modelar, creativa y contextualmente, en las Plataformas Territoriales / Centros de Alta Conectividad, de acuerdo a unas pautas mínimas y comunes

  1. Plataformas Territoriales / Centros de Alta Conectividad

El debate intercultural sobre qué sea el Vivir Bien es vasto y complejo; sin embargo, se han ido formando algunos consensos. En primer lugar, que el Vivir Bien no es un objeto tridimensional; por tanto, no es de naturaleza objetiva. En segundo lugar, que el Vivir Bien es, por así decir, el efecto cuántico de la inter-conectividad del sistema complejo y multidimensional de la Vida. La vida en plenitud. Por tanto, en tercer lugar, es intangible y precisa de una interfase compleja (institucionalidad) para ser evidenciada su realidad. La luz precisa de un foco para brillar.

El Vivir Bien debe aterrizar

Todo el mundo está esperando evidencias del Vivir Bien. Eso significa e implica, ahora, para el PB&CC, desarrollar su institucionalidad local, bajo la forma de una Plataforma Territorial o Centros de Alta Conectividad, que conecten y hagan interactuar a todos los sujetos e instituciones del municipio.

El Centro debe ser el escaparate de la vitalidad municipal, de lo que unifica la diversidad y produce la integralidad; es decir, lo que tiene que ver con comunidades de aprendizaje, gestión del conocimiento, cambio de paradigma, nuevas espiritualidades, alimentación, salud, lo ecológico, el énfasis matriarcal en el cuidado: el Vivir Bien. “Alfabetización ecológica”, en una palabra (Véase Anexo1)

Con otras palabras, los Centros de Alta Conectividad son espacios institucionales de comunicación: hacia afuera, hacia adentro y hacia sí mismos, de todos los actores e instituciones del municipio. Las conversaciones son performativas: llevan a la acción y al cambio de actitudes personales y colectivas; generan ciudadanía real; realizan la democracia participativa; hacen resiliente al Municipio ante turbulencias del entorno humano y extrahumano.

Los Centros de Alta Conectividad conectan los átomos aislados del Municipio, convirtiéndolos en una red inter-conectada. 

El rol de los actores

Nos vamos a focalizar en los dos actores responsables del funcionamiento de las Plataformas / Centros de conectividad. Por un lado, está:

AGRUCO

que se encargará de la Gestión del conocimiento, propiamente dicho, es decir: generar contenidos nuevos, modularlos académicamente, certificar nuevos profesionales, monitorear a los Sistema de Vida, desde estos centros; y, por otro lado, los:

Socios Ejecutores

que se encargarán de la operación y gestión de los Centros en los municipios, es decir, de manejar la oferta cultural, en el espíritu del paradigma esbozado en esta Nota Conceptual. El responsable del Centro deberá tener el perfil de un Gestor cultural.

MARCO LOGICO

Este Marco Lógico debe ser afinado por el Comité Técnico. En base a un Marco Lógico trabajado por Cesar (Véase Anexo 2), presento el siguiente esbozo, tratando de aprovechar la experticia de AGRUCO y evitando volver a freir los viejos platos que, ahora, deben responder a los nuevos desafíos y buenas prácticas de la Fase uno.

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 Bibliografía

Boff, Leonardo, Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres. Trotta, Madrid, 1996

Boff, Leonardo, La sostenibilidad. Qué es y qué no es. Sal Terrae, Santander, 2013.

Capra, Fritjof, El Tao de la física. Luis Cárcamo Editor, Madrid, 1975

Capra, Fritjof, La trama de la vida. Editorial Anagrama. Barcelona, 1998

Capra, Fritjof, Las conexiones ocultas. Implicaciones sociales, medioambientales, económicas y biológicas de una nueva visión del mundo. Editorial Anagrama, Barcelona, 2002

COSUDE, Lineamientos para orientar los proyectos en el ámbito de adaptación al cambio climático en el área rural, La Paz, 2013

COSUDE, Comunicación para el desarrollo. Una guía práctica. Managua, 2014

COSUDE, Memoria del Taller de Socios sobre Comunicación para el Desarrollo, La Paz, 2014

Goleman, Daniel, La inteligencia emocional. Jaime Vergara Editor, Buenos Aires, 1996

Lovelok, James, Gaia: una nueva visión de la vida sobre la Tierra, Orbis, Barcelona, 1987

Maturana, Humberto, “Autopoiesis: reproduction, heredity and evolution”. En: Autopoiesis, dissipative structures and spontaneous social orders. Milan Zeleny, editor, AAAS Selected Symposium 55, 1980

Mayr, Franz Karl, Geschichte der Philosophie. Antike. Verlag Butzon & Bercker. Kevelaer, 1969

Medina, Javier, ¿Qué Bolivia es posible y deseable? PADER / Universidad Andina Simón Bolivar, Sucre, 1999

Medina, Javier, Suma Qamaña. Garza Azul Editores, La Paz, 2006.

Medina, Javier, Ch´ulla y Yanantin. La dos matrices de civilización que constituyen a Bolivia. Garza Azul Editores, La Paz, 2008

Medina, Javier & Mérida Gonzalo, Marco conceptual del Programa Biocultura. PNB. La Paz, 2013

Morin, Edgar, El Método, Seis Tomos, Cátedra: Madrid, 2006

Swimme, Brian & Berry, Thomas, The Universe Story, Harper, San Francisco, 1991

Temple, Dominique, “El principio de lo contradictorio y  la afectividad”. En: Teoría de la Reciprocidad, Tomo II, PADEP-GTZ, La Paz, 2003

Torres, Mario, Suma Qamaña y Desarrollo. El Thinku necesario, PNB, La Paz, 2013

Zohar, Danah & Marshall, Ian, La sociedad cuántica. Plaza & Janés, Barcelona, 1994

Zohar, Danah & Marshall, Ian, Inteligencia espiritual. Plaza & Janés, Barcelona, 2001

Watson, J. D., & Crick, F. H. C. “A structure for deoxyribose nucleic acid”. En: Nature 171 (1953)737–738

Wilber, Ken, Una teoría del Todo. Una visión integral de la ciencia, la política, la empresa y la espiritualidad. Kairós, Barcelona, 2001

Anexo

 “Uniendo los puntos entre alimentación, salud y medio ambiente”. Fritjof Capra

Fritjof Capra es el autor de El Tao de la Física, La Red de la Vida, y otros libros. Físico conocido por su trabajo en pensamiento sistémico, Capra es a su vez el cofundador y cabeza de la junta del Centro para la Ecoalfabetización.

Actualmente, las interrelaciones entre comida, salud y medio ambiente se han vuelto un tema común de discusión; el alza en los precios de la comida junto con los del petróleo y otra serie de catástrofes mal llamadas «naturales», son noticia de cada día. Al mismo tiempo, existe en el mundo mucha confusión.

¿Por qué los precios de los alimentos en todo el mundo están subiendo tan rápida y dramáticamente? ¿Por qué el hambre está aumentando tras un descenso largo y estable? ¿Qué tienen que ver los precios de los alimentos con los del petróleo? ¿Por qué es tan importante cultivar comida en forma local y orgánica?

En esta breve charla trataré de demostrar que para comprender plenamente estos temas, es necesaria una forma nueva y ecológica de entender la vida  (una «eco-alfabetización), así como un pensamiento «sistémico» (pensamiento en función de las relaciones, los patrones y el contexto).

Durante los últimos 25 años, un pensamiento tal ha emergido a la vanguardia de la ciencia. Quiero ilustrar esta idea haciendo una pregunta tan antigua como la vida misma. ¿Qué es la vida? ¿Cuál es la diferencia entre las rocas, las plantas, los animales y los microorganismos?

Para entender la naturaleza de la vida no es suficiente entender de ADN, proteínas y demás estructuras moleculares que constituyen a los seres vivos, porque estas están también presentes en los organismos muertos tales como la madera o los huesos.

La diferencia entre un organismo vivo y uno muerto, descansa sobre el proceso básico de la vida, algo que los sabios y poetas han llamado a través de la historia «el soplo de vida», que en el lenguaje moderno de la ciencia se conoce como «metabolismo», y que no es otra cosa que el incesante flujo de energía y materia a través de una red de reacciones químicas que le permiten al organismo generarse, repararse, y perpetuarse continuamente. En otras palabras, el metabolismo involucra los procesos de toma, ingestión y transformación de alimentos, y es la característica principal de la vida biológica.

Pero entenderlo no es suficiente para comprender la vida.  Cuando estudiamos las estructuras, los procesos metabólicos, y la evolución de cientos de especies en el planeta, vemos que la característica sobresaliente de nuestra biosfera es que ha sostenido la vida por miles de millones de años.  ¿Cómo logra esto la tierra? ¿Cómo la naturaleza sostiene la vida?

Alfabetismo Ecológico

Para entender cómo la naturaleza sostiene la vida, debemos movernos de la biología a la ecología, porque la vida sostenida es una propiedad de los ecosistemas, más que de un organismo o especie.  A través de miles de millones de años de evolución, los ecosistemas de la tierra han generado ciertos principios de organización que hacen posible sostener la red de la vida.  El conocimiento de esos principios de organización o principios de ecología, es a lo que nos referimos con «alfabetismo ecológico».

En las décadas venideras, la supervivencia de la humanidad dependerá de nuestra alfabetización ecológica, es decir, de nuestra habilidad para comprender los principios básicos de la ecología y para vivir conforme a ellos. Esto significa que la eco-alfabetización debe convertirse en una habilidad fundamental para políticos, negociantes, y profesionales en todos los campos, y ser la parte más importante de la educación en todos los niveles -desde primaria y secundaria, hasta  universidades y  capacitación continua de profesionales.  Es necesario que enseñemos a nuestros niños, estudiantes, y líderes políticos o corporativos, los fundamentos de la vida: que los desechos de una especie son la comida de otra; que la materia se cicla continuamente a través de la red de la vida; que la energía que posibilita los ciclos ecológicos viene del sol; que la diversidad asegura la resiliencia;  que la vida, desde su comienzo hace miles de millones de años, no se tomó el planeta a través del combate, sino de la asociación en redes.

Todos estos principios de ecología están íntimamente ligados, y son simplemente diferentes aspectos de un solo patrón de organización que ha permitido a la naturaleza sostener la vida  a través del tiempo. En resumen: la naturaleza sostiene la vida creando y nutriendo comunidades, y ningún organismo independiente puede existir aislado. Los animales dependen de la fotosíntesis de las plantas para adquirir energía, las plantas dependen del dióxido de carbono producido por los animales, así como del nitrógeno fijado en sus raíces por las bacterias, y juntos, plantas, animales y microorganismos, regulan toda la biosfera y mantienen las condiciones necesarias para la vida.

Sostenibilidad entonces, no es una característica individual, sino de una completa red de relaciones, y por tanto siempre involucra a toda la comunidad. Es esta la profunda lección que debemos aprender de la naturaleza. La forma de continuar la vida es construyendo y nutriendo comunidades. Una comunidad humana sostenible interactúa con otras comunidades (humanas y no humanas) en formas que les permiten vivir y desarrollarse de acuerdo a su naturaleza.  Sostenibilidad entonces,  no significa que las cosas no cambien, ni es un estado estático, sino que por el contrario, es un proceso dinámico de co-evolución.

Pensamiento sistémico

Que la sostenibilidad ecológica sea una característica propia de una red de relaciones, significa que para entenderla correctamente, para ser ecológicamente letrados, necesitamos aprender a pensar en términos de relaciones, interconexiones, patrones y contextos.

Científicamente, este tipo de pensamiento es conocido como «pensamiento sistémico», y es crucial para entender la ecología, porque ecología (de la palabra griega oikos «hogar») es la ciencia de las relaciones entre los miembros de nuestro hogar, la Tierra.

El pensamiento sistémico nació de una serie de diálogos interdisciplinarios entre biólogos, psicólogos y ecologistas entre los años 1920 y 30. Científicos de todos estos campos se dieron cuenta de que un sistema  vivo -organismo, ecosistema, o sistema social- es un todo integrado cuyas propiedades no pueden ser reducidas a aquellas de las partes más pequeñas. Las propiedades «sistémicas» pertenecen a un todo, más no a las partes del mismo.

Este tipo de pensamiento implica entonces un cambio de perspectiva de las partes al todo. Los primeros pensadores sistémicos acuñaron la frase «El todo es mayor a la suma de sus partes». Pero, ¿qué significa esto exactamente? ¿En qué sentido es el todo mayor que la suma de sus partes? La respuesta está en las relaciones. Todas las propiedades esenciales de un sistema viviente dependen de las relaciones entre sus componentes.  Pensamiento sistémico significa pensar en función de las relaciones, o sea, que para comprender la vida, necesitamos  un cambio de enfoque: de los objetos a las relaciones.

Por ejemplo, cada especie de un ecosistema ayuda a sostener la cadena alimenticia. Si una de las especies es diezmada por alguna catástrofe natural, el ecosistema seguirá siendo resiliente si hay alguna otra especie capaz de llevar a cabo funciones similares. En otras palabras, la estabilidad de un ecosistema depende de su biodiversidad, de la complejidad de su cadena de relaciones.  Así, entendiendo las relaciones dentro de un ecosistema, es como podemos entender lo que significan estabilidad y resiliencia.

Entender las relaciones no nos resulta sencillo porque es algo que va en contra de la empresa científica tradicional de la cultura occidental.  La ciencia nos ha dicho que las cosas deben ser medidas y pesadas. Pero las relaciones no pueden ser medidas ni pesadas; las relaciones deben ser mapeadas. He ahí otro cambio: de la medición al mapeo.

En el área de la biología, un buen ejemplo de este cambio es lo ocurrido con el Proyecto del Genoma Humano, en el que los científicos se dieron cuenta de que no era suficiente conocer la secuencia genética del ADN para entender el funcionamiento de los genes, sino  que era necesario mapear las relaciones e interacciones entre ellos.

Ahora bien, al mapear las relaciones, se hace evidente que algunas configuraciones se repiten. Esto es lo que llamamos patrón. Las redes, los ciclos, y las repeticiones en la retroalimentación, son ejemplos de patrones de organización característicos de la vida.  El pensamiento sistémico implica pues, otro cambio de perspectiva: de los contenidos a los patrones.

También quiero enfatizar que mapear relaciones y estudiar patrones no hacen parte de un enfoque cuantitativo, sino cualitativo. Así, el pensamiento sistémico requiere un cambio de cantidad a calidad. Un patrón no es una lista de números, sino una imagen visual.

El estudio de las relaciones concierne no sólo las relaciones entre los componentes del sistema, sino también a aquellas del sistema con sistemas circundantes más grandes. Esas relaciones son a las que nos referimos por contexto.   Por ejemplo, la forma de una planta o los colores de un ave, dependen de su entorno (vegetación, clima, etc.) así como de la historia evolutiva de la especie, de su contexto histórico. El pensamiento sistémico está siempre contextualizado, y busca un cambio de conocimiento objetivo a conocimiento contextualizado.

Finalmente, debemos comprender que la forma viviente es más que una figura, más que una configuración estática de componentes en un todo. En cada sistema viviente, la forma es mantenida a la vez que existe un flujo continuo de materia a través del mismo; hay desarrollo, hay evolución.  La comprensión de la estructura de la vida está inseparablemente ligada a la comprensión de los procesos metabólicos y del desarrollo.  Por tanto, pensamiento sistémico incluye un cambio de énfasis de la estructura al proceso.

Todos estos cambios de enfoque son en realidad diferentes maneras de decir una misma cosa. Pensamiento sistémico significa un cambio de percepción de los objetos y estructuras materiales, a los procesos y patrones de organización no materiales que representan la esencia misma de la vida.

Problemas actuales en el mundo

 Una vez nos volvemos ecológicamente letrados, una vez entendemos los procesos y patrones de las relaciones que permiten a los ecosistemas sostener la vida, debemos también entender las muchas formas en que nuestra civilización, especialmente a partir de la Revolución Industrial, han ignorado e interferido con estos patrones y procesos ecológicos. Hecho esto, veremos que estas interferencias son la causa fundamental de muchos de los problemas que atravesamos en la actualidad.

Hoy se hace cada vez más evidente que los problemas más serios de nuestros tiempos no pueden ser comprendidos de forma aislada; son problemas sistémicos, y esto significa que todos están interconectados y son interdependientes.

Uno de los documentos más detallados y brillantes sobre el tema de la interconexión de los problemas del mundo, es el nuevo libro de Lester Brown, Plan B (Norton, 2008). Brown, fundador del Instituto Wordlwatch, demuestra en su libro con impecable claridad cómo el círculo vicioso de la presión demográfica y la pobreza conduce al agotamiento de los recursos  (agua que disminuye, pozos que se secan, bosques que se encogen, pesca que colapsa, suelos que se erosionan, sabanas en proceso de desertización, entre otros), a la vez que muestra cómo este agotamiento de los recursos, exacerbado por el cambio climático, produce la caída de los estados, cuyos gobiernos se ven en la imposibilidad de proveer seguridad a sus ciudadanos, algunos de los cuales, en un acto de mera desesperación, se tornan al terrorismo.

Al leer este libro, se entiende cómo virtualmente, todos nuestros problemas ambientales son amenazas para la seguridad alimentaria  -disminución de agua; transformación de tierra para cultivo para usos no agrícolas; eventos climáticos más extremos como olas de calor o sequías e inundaciones; y más recientemente, uso de cereales para la producción de bio- combustibles.

Un factor crítico acerca de todo esto, es el hecho de que la producción mundial de petróleo está llegando a su pico, lo cual significa que de ahora en adelante la producción empezará a decrecer, la extracción del petróleo restante será más y más costosa,  y el precio por lo tanto, continuará aumentando.  Los segmentos más afectados de la economía global serán aquellos petro-intensivos, tales como la industria automotriz, alimentaria y aérea.

La búsqueda de fuentes de energía alternativas ha incrementado recientemente la producción de etanol y otros bio- combustibles, especialmente en Estados Unidos, Brasil, y China. Ahora bien, debido a que el valor combustible del grano es más alto en los mercados que su valor alimenticio, el precio del grano está subiendo hasta equipararse con el del petróleo, siendo esta una de las razones principales para el reciente incremento en el precio de los alimentos. Otra razón, por supuesto, es que un sistema de agricultura petroquímico, mecanizado y centralizado, depende fuertemente del petróleo y en la medida que el precio del mismo aumente, la comida producida será cada vez más costosa. De hecho, la agricultura industrial, usa 10 veces más energía que la agricultura orgánica y sustentable.

El hecho de que el precio del grano se haya relacionado con el precio del petróleo es sólo posible porque nuestro sistema económico mundial no tiene dimensión ética alguna.  En este sistema, la pregunta ¿Usamos el grano para los automóviles, o para alimentar a la gente?  tiene una respuesta clara: el mercado dice «demos combustible a los automóviles». Esto es aún más perverso si se tiene en cuenta que el 20 por ciento de nuestro grano suplirá menos del 4 por ciento del combustible automotriz. Así es, toda la producción de etanol de este país podría ser reemplazada fácilmente incrementando tan sólo en un 20 por ciento la eficiencia de los combustibles (p.e. de 21mpg a 25mpg) que no es nada, dada la tecnología disponible hoy en día.

El reciente incremento en el precio de los granos ha hecho estragos en el mercado mundial, y el hambre ha crecido nuevamente después de un largo y estable descenso.  Adicionalmente, el incremento en el consumo de combustible acelera el calentamiento global, lo cual resulta en olas de calor que debilitan y echan a perder las cosechas, así como en la pérdida de los glaciares que alimentan ríos esenciales para el riego. Cuando pensamos en forma sistémica y entendemos cómo todos estos procesos se interrelacionan, nos damos cuenta de que los vehículos que conducimos y otras elecciones que hacemos como consumidores, tienen un fuerte impacto en el abastecimiento de alimentos para poblaciones grandes en Asia y África.

Al final, todos estos problemas deben ser vistos como facetas diferentes de una sola crisis, que es básicamente, una crisis de percepción.  Esta crisis resulta del hecho de que la mayor parte de nuestra sociedad, y especialmente nuestros líderes políticos y corporativos, se rige por conceptos de una visión caduca del mundo; por una percepción de la realidad que es inadecuada para lidiar con un mundo sobre-poblado y globalmente interconectado.

El mensaje principal de Plan B de Lester Brown, es que hay soluciones a los más graves problemas de nuestros tiempos, y algunas de estas son incluso sencillas. No obstante, requieren un cambio radical en nuestra percepción, en nuestro modo de pensar, y en nuestros valores.  Estamos, de hecho, al comienzo de tal cambio; un cambio de paradigmas tan radical como lo fue en su tiempo la Revolución de Copérnico.  El pensamiento sistémico y la alfabetización ecológica  son dos elementos clave del nuevo paradigma, y muy útiles para entender las interconexiones entre los alimentos, la salud, y el medioambiente, así como para entender la profunda transformación que requiere la humanidad para sobrevivir.

Este ensayo ha sido adaptado de un discurso de Fritjof Capra, en un instituto de desarrollo profesional, «Linking Food, Health, and Environment» auspiciado por el  Centro de Ecoalfabetización y el Teachers College, en la Universidad de  Columbia en el verano de 2008.

 Marco Lógico de Cesar

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