Javier Medina

Claudia Serrano, CIPCA-Pojo, deslizó una palabra que expresa bastante cabalmente algo que empezó a surgir en nuestro último Taller de Formadoras de Género: utilizó la palabra “Sororidad”. Es el equivalente femenino de Fraternidad y se usa para referirse a la hermandad entre mujeres. Como esta semilla, el Taller nos regaló otras que voy a tratar de condensar  a continuación.

  1. El Pusisni biocultural

La herramienta del Cuadrante nos está ayudando a salir de la Inteligencia racional: power point: sustantivos abstractos, principios, teoría de género… que apelan, más bien, a la razón que analiza información, e ir entrando en la Inteligencia emocional: circulación de palabras y emociones que producen un Nosotros interactivo. Como nuestro objetivo estratégico es crear una red que pueda mover las energías femeninas del Sistema de Vida, debemos privilegiar y cultivar esta Inteligencia, sin descuidar las otras.

  1. Historias de Vida.

En este punto nuestros socios del SECRAD nos han aportado una metodología (que vamos a utilizar el próximo año desde el punto de vista comunicativo) que es la de las Historias de Vida, cuya fuerza y eficacia hemos podido experimentar. Cualquier Historia de Vida contiene la totalidad de la vida y, por tanto, toda historia es significativa para entrar al corazón mismo de nuestros Sistemas de Vida, de un modo personal, específico e integral.

Esta experiencia fue reforzada por el video El peligro de la historia única, de Chimamanda Adichie[1], que es la gran tentación patriarcal de un solo dios, una sola verdad, un solo camino, una sola narrativa (en este caso: de género).

  1. Sororidad cósmica

Roberta Quispe, Amarete, en una de sus intervenciones, ligando género y cambio climático, dijo algo interesante (que pasó desapercibido) y es que los ritualistas kallawayas, “(h)acen llover cuando necesitan y hacen parar la lluvia cuando ya no hace falta”. A un oído escolarizado, que sólo maneja la materia y no sabe todavía de energía, esto le suena a charlatanería. La ciencia actual dice, empero, que el 90% de lo que hay en el universo es energía. Los pueblos indígenas se han especializado, justamente, en manejar las energías individuales, de pareja, de la familia, de la comunidad, de su sistema de vida, en relación con las energías cósmicas. En el clima también juegan un rol: el sol, la luna, las estrellas, los eclipses, la vía láctea…Pienso que aquí, en la ritualidad andina, tenemos algo nuevo que aportar, en el debate global sobre Clima y Resilencia. Algo, sin embargo, está impidiendo que ese saber y esas tecnologías Psi, no las estemos pudiendo procesar. Tenemos que salir de nuestros espacios de confort intelectual, obsoletos por la nueva cosmología, cuántica y relativística. La tecnología simbólica andina nos ofrece esa oportunidad de aggiornarnos científicamente.

El otro aporte de nuestras hermanas indígenas es que entienden esta Sororidad no sólo antropocéntricamente (al modo conventual y feminista), sino en el continuo de la naturaleza y de la cultura; es decir, de un modo biocultural. Pienso que estas voces debemos amplificarlas, pues aportan una perspectiva nueva y haríamos bien, en minimizar las voces ya amaestradas que dicen lo que los Proyectos quieren oír.

  1. Pensar a partir de lo que tenemos y no de lo que nos falta

Este enfoque de liderazgo fue incentivado a partir de un Concurso en el que las hermanas presentaron sus Historias de vida, la Historia de sus organizaciones y Propuestas concretas de cómo implementarían sus ideas. En el Taller se premió a las ganadoras.

El gran aprendizaje es que son sus Organizaciones (étnicas, sindicales, Bartolinas) las que les han permitido remplazar, exitosamente, la deficiencia escolar (por razones de género) para conseguir cargos de liderazgo no sólo en sus municipios. Las organizaciones son sus comunidades de aprendizaje y retroalimentación.

  1. El Thaki de las warmis: el camino de las mujeres: Thakiwarminaka

La organización de nuestra hermana Lidia Gutierrez, Huatajata, lleva el hermoso nombre de Thakiwarminaka. La palabra aymara Thaki es la misma que la palabra china Tao y comparten un campo de significación muy parecido. Cuando, en castellano, decimos camino nos imaginamos una línea que se pierde en lontananza. La imagen que evocan, tanto Thaki como Tao, se semeja más al ícono con el que los taoístas representan las dos energías yan y ying: dos kataris: uno negro y otro blanco, que forman como un vórtice, como un torbellino helicoidal de energía termodinámica. Véase, en el Blog Biocultura, el texto de Illa Dietmayer-Maureau sobre los diseños textiles femeninos de Amarete.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=sYItZ3bTosU

Pues bien, el desafío, ahora, para nosotros, es cómo traducimos nuestro camino: lineal, masculino, lógico, en un Toroide como la Wincha de las mujeres de Amarete.

  1. Nuestros desafíos

Tenemos que cultivar la Sororidad, para tener redes creativas e innovadoras lubricadas por el cariño: Ch´uyma.

Como en la dramatización de la Historia de Vida, que facilitaron Fernando Tarifa y Marcio Paredes, SECRAD, los varones debemos aprender a activar nuestra energía femenina para empatizar y fluir con nuestras hermanas.

Las redes de: Gestión de conocimiento, Comunicadores locales y Formadoras de género tienen que empezar a trenzar una soga de tres caitos en nuestros Centros de conectividad, CECAs para empezar a mover las energías femeninas de nuestros Sistema de Vida.

Toda esta dinámica debe incidir en un mejor PTDI 2020-2025.