La Disputa de Valladolid. Marranos e indios frente al Imperio

Vamos a tratar la Disputa de Valladolid como una evaluación de medio término del despliegue de la civilización occidental, focalizando nuestra atención en sus puntos más fuertes. De lado de su raíz semita: el monoteísmo patriarcal y, la consiguiente negación/represión de la sexualidad. Del lado de su raíz griega: el esencialismo de tipo lógico: abstracción, más razón, más dinero, basado en el principio de identidad y el principio crematístico de la Economía.

VALLADOLID13Este es el meollo de Occidente que, a partir de 1492, dará un salto exponencial. Pero, como ya vimos en el capítulo tercero, todo contiene a su opuesto dentro de sí. Algo que, la historiografía y la filosofía de la historia, no se han esmerado en mostrar y relievar.

Prosigamos, pues, con el Opuesto al interior de la cristiandad ibérica: el Marrano, que va a jugar un rol decisivo, aunque poco conocido, en el Descubrimiento y la Colonización. Recordemos los entretelones del descubrimiento. La expulsión de los judíos de España tiene fecha: el 2 de agosto de 1492. A las 23 horas, de ese mismo día, Colón leva anclas. ¡Vaya coincidencia! Había, en verdad, que buscar un lugar para los expulsados. Este gran operativo, diseñado no sólo por Colón, fue financiado por los banqueros de la Corona: los Marranos Luis de Santángel, Canciller del Reino, Gabriel Sánchez, Tesorero Real y también Juan Cabrero y Alfonso de la Caballería: Grandes de España. Otro tanto sucede con las acciones tácticas. La información astronómica la provee Abraham Zacutto; la información cartográfica: José y Abraham Cresques; la noción de que la tierra era redonda: Bar Hiya ha Bargeloní; el instrumentario náutico: José Vecino; los técnicos de la tripulación también lo son: Rodrigo de Triana, Alonzo de la Calle, Gabriel Sánchez: marinos; Marco Bernal: el cirujano, Luis de Torres: el traductor y un paje huérfano sin nombre: todos Marranos. Este paso estaba diseñado para conseguir el oro que permitiera conformar, bajo la Corona de Aragón (Fernando era descendiente de judíos) un gran ejercito para retomar la Tierra Santa, como patria natural de los judíos. Falló el plan: sucedió otra cosa, pero vale la pena recordar las finalidades, incluso de nuestros actos fallidos, si de entender se trata. Véase el Libro de las Profecías. Profecías que juntó el Almirante Don Christóval Colón de la Recuperación de la Santa Ciudad de Hierusalém y del descubrimiento de las Indias, dirigidas a los Reies Cathólicos.

Pasemos a la colonización y fijémonos en el fractal de la Disputa de Valladolid. Aquí, en efecto, se encuentran los Marranos liberales, de orígenes fariseos: Bartolomé de las Casas, 1484-1566, y Francisco de Vitoria, 1483-1546, que se ponen del lado de la Indianidad; uno, desde el derecho internacional y, el otro, desde los derechos humanos. Al frente se encuentra el aparato colonial e imperial, defendido por Juan Ginés de Sepúlveda. Curiosamente, tanto Sepúlveda, como Vitoria y Las Casas beben del aristotelismo, pasado por el tomismo dominicano.

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“Disputa de Valladolid” es la denominación del célebre debate que tuvo lugar, en 1550 y 1551, en el Colegio de San Gregorio de Valladolid, dentro de la llamada Polémica de los Naturales y que enfrentó dos formas antagónicas de concebir la conquista de América. Por un lado, se encuentran, in mente, Francisco de Vitoria, recientemente fallecido, catedrático de la Universidad de Salamanca, y Bartolomé de las Casas, misionero en Indias, para defender la humanidad y “ciudadanía” de los Naturales de América. Las Casas es considerado, hoy, el pionero de los Derechos Humanos y Vitoria pone los cimientos del aparato jurídico de la modernidad: el “Derecho de Gentes”, en relaciones internacionales; el “Precio justo”, en economía; la “Guerra justa”, en derecho internacional. Por otro lado, Juan Ginés de Sepúlveda, siguiendo la doctrina aristotélica, defiende el derecho de dominio de los españoles sobre los indígenas, en razón de que son considerados como naturalmente inferiores. Sepúlveda es considerado como el ideólogo del Imperialismo moderno. Esa disputa no ha terminado todavía; prosigue, incluso, en el Estado Plurinacional.

Vale la pena recordar los fantasmas marranos que sub determinan sus preferencias y decisiones. Los Marranos se dispersan por el mundo con su imaginario a cuestas. Dos mitemas van a salirnos al paso en ese momento: uno, la noción de Paraíso terrenal y, dos, la especulación acerca de las Tribus perdidas de Israel y un tercero que es más bien una forma mentis, un software, para mirar el mundo y que se expresa en el diagrama del Árbol sefirótico, cuyo cabezal aparece en la famosa firma del Almirante sefardí.

En cuanto a lo primero, aparece ya en el Diario del Almirante, como lo vimos en el quid pro quo con los indios Caribes. El Paraíso es llamado por Colón Huerta y Jardín: Pardès. Este mitema marrano llega hasta nuestros días a través del Realismo mágico y lo Real maravilloso de la literatura latinoamericana, específicamente, caribeña y el Tropicalismo brasileiro.

En cuanto al segundo mitema: las Tribus perdidas, se fue cocinando a fuego lento desde la edad media por obra y gracia de viajeros sefardíes que traen noticias acerca de la inaudita dispersión de las tribus perdidas de Israel. Eldad ha-Dani, siglo IX, Benjamín de Tudela, siglo XII, van construyendo ese imaginario, que siguen alimentando con datos, cronistas marranos, como Diego de Rosales, Cabello de Balboa, Las Casas, Fernando de Contreras y otros. Como los guaraníes, los sefardíes también incluyen al Otro a través de la metáfora del parentesco tribal: la ficción es que los amerindios pertenecen a las Diez tribus perdidas; por tanto, son nuestros parientes. Como botón de muestra, baste esta historia que trae Menaseh ben Israel en su libro Esperanza de Israel. Aharon Levi, alias Antonio de Montesinos, lleva a Amsterdam la noticia de que en la actual Amazonia colombiana se ha encontrado con una tribu de indios que le saluda con el Shemah Israel y le dicen que son hebreos. La noticia, en Holanda, vuelve a encender el fuego mesiánico de la Naçao portuguesa que culminará, significativa y trágicamente, en el affaire Sabbetai Zevi: el Mesías tiene que expresar lo Contradictorio: se convierte al Islam. Una señal mesiánica estribaba en la reunificación de todas las tribus de Israel. Había, pues, que encontrarlos sí o sí.

Para los sefardíes, de los siglos XIV y XV, mientras se exacerbaban los Bautismos forzados, el libro del Zohar fue un libro popular y sagrado, tanto como la Torah y la Misnah. Este libro, en efecto, permite pensar la contradicción como complementariedad y entender a Dios como el Tercero incluido de la relación antagonista. Cuando entran en contacto con las culturas andinas, no pueden no percibir que comparten una misma forma mentis que van conociendo en la estructura del parentesco inca (véase el diagrama sefirótico de Bocanegra, por ejemplo), la organización del territorio: urin/aran, y que se expresa muy bien en el Diagrama trifásico del Coricancha (Urin-taypi-aran) que conocemos gracias a Santa Cruz Pachakuti Yamque, sobre lo cual volveré con más detalle.
Baste, ahora, la constatación y los puntos de contacto entre estos “Otros”, del catolicismo ibérico: indios y iudios. No podían no olerse y también cuidarse de la Inquisición, cuya población objetivo eran.

El texto clave para ello es: Fray Bartolomé de Las Casas, disputa o controversia con Ginés de Sepúlveda contendiendo acerca de la licitud de las conquistas de las Indias. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2007. Se puede ver, asimismo, en You Tube, un telefilm francés que recrea este episodio con el título de La Controverse de Valladolid, 1992, dirigido por Jean-Daniel Verhaeghe, con guión de Jean-Claude Carrière y traducido al castellano.

Las atrocidades de la conquista llegan a la Universidad de Salamanca, donde Francisco de Vitoria y toda la Escuela del mismo nombre: Domingo de Soto, Melchor Cano y otros, piensan los nuevos datos que provienen de las Indias.

A modo de ejemplo, veamos el vaciado jurídico: los así llamados Justos Títulos, con los que la intelligentsia marrana procesa esa nueva data proveniente del nuevo mundo y reacciona crítica y propositivamente. Se nota la larga duración de la huella: la forma mentis, de la Escuela de Hilel: el fariseísmo liberal.

Los hombres no nacen esclavos, sino libres.
Por derecho natural nadie es superior a los demás.
El niño no existe por razón de otros, sino por razón de sí mismo.
Es mejor renunciar al propio derecho que violentar el ajeno.
Es lícito al hombre, la propiedad privada, pero nadie es propietario que no deba, a veces, compartir sus cosas… y en extrema necesidad, todas las cosas son comunes.
Los dementes perpetuos, que ni tienen, ni hay esperanza de que tengan uso de razón, pueden ser dueños… tienen derechos.
Al condenado a muerte le es lícito huir, porque la libertad se equipara a la vida.
Si el juez, no guardando el orden del derecho, obtuviese a fuerza de tormentos la confesión del reo, no podría condenarlo, porque obrando así no es juez.
No se puede dar muerte a una persona que no ha sido juzgada y condenada,
Toda nación tiene derecho a gobernarse a sí misma y puede aceptar el régimen político que quiera, aún cuando no sea el mejor.
Todo el poder del rey viene de la nación, porque ésta es libre desde el principio.
El orbe entero, que en cierta manera constituye una república, tiene poder de dar leyes justas y convenientes a toda la humanidad.
Ninguna guerra es justa, si consta que se sostiene con mayor mal que bien y utilidad de la nación, por más títulos y razones que haya para una guerra justa.
Si al súbdito le consta la injusticia de la guerra, no puede ir a ella, ni aún por mandato del príncipe.
No es el hombre lobo para el hombre, sino nombre.

Ahora bien, para comprender la civilización occidental, en el fractal de la Controversia, es decir, en las relaciones de Occidente con la Indianidad, vale la pena detenerse en los dos ingredientes básicos de Occidente: el monoteísmo y el racionalismo

El largo retumbo del monoteísmo

Después de Freud: El malestar en la civilización, no podemos revisar el despliegue de la civilización occidental, sin tener en cuenta dos operaciones míticas tomadas al comienzo: la instauración del primado del Uno, de donde dimana su pulsión hacia el fanatismo, disfrazado bajo el criterio de la Verdad: un solo Dios, una sola verdad y un solo camino, y la expulsión de lo femenino y matriarcal de su orden simbólico: el dios de la tradición abrahámica no tiene consorte; de ahí su misoginia ontológica. El dios hebreo es un laser de radiación fermiónica.

Ahora bien, toda la energía, que impulsa la conquista y la colonización, es energía fermiónica, la que Enrico Fermi trabajara, justamente, en la bomba atómica. De esa naturaleza es esta energía que permite, desde el estallido del Big Bang, que el universo se siga expandiendo y que, indudablemente, ha facilitado la expansión de la conquista española. En el nivel antropomorfo, la percibimos como energía masculina, extravertida, fuerte, que proviene de una política de represión de la sexualidad.

De ahí que no sorprenda que a estos reprimidos sexuales, que se creían poseedores de la verdad única, lo que más les haya irritado y se haya castigado, con saña inaudita, haya sido el así llamado pecado nefando, es decir, las relaciones homosexuales. Esto era algo insoportable e intolerable, por reprimido, justamente, al cuerpo blindado del varón monoteísta. La sodomía es equiparada a la bestialidad; de ahí, a entender al indio como un animal, hay un paso. Junto a la homosexualidad, lo que también irritó y excitó su libidinosidad reprimida fue la libertad sexual de la que disfrutaban las mujeres amerindias. Los Manuales para Confesores, que salieron de los concilios limensis, dan prueba sobrada de ello. En la Conquista eclosionó (catastróficamente para los no reprimidos amerindios) esa milenaria represión sexual de los hijos de Abraham. Represión sexual igual a civilización. Sexualidad libre, igual a barbarie, a lo salvaje, lo no civilizado; de ahí, a colegir que los amerindios son seres inferiores, no hay más que un tranco.

Este rasgo misógino, celoso y fanático lo formuló el sacerdocio hebreo: los Saduceos, en la famosa prohibición de la idolatría de Éxodo 20:3-6: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. Los españoles no hicieron otra cosa que servirse de este mandamiento para justificar el saqueo y la masacre.

Otra consecuencia de la operación simbólica, que produce el monoteísmo misógino, es la separación del Continuo mente-cuerpo, que ahora conocemos mejor por las neurociencias; donde la mente: el espíritu: lo intangible, lo invisible…: el dios de Abraham, es separado del cuerpo: la carne, lo tangible, que fue asociado a lo femenino, a lo sexual y, por metáfora, a la naturaleza. De ahí proviene la separación Dios-Naturaleza y el imaginarse que los animistas: los naturales, divinizan las fuerzas y poderes de la naturaleza. Los animistas no conocen la noción de dios, que sólo es pensable a partir de la escisión, la diferencia, la abstracción y la reproducción por fe; por tanto, la noción de “dios falso” o ídolo es un invento cristiano, que le sirve de gran pretexto para robar y matar. Lo que acaso pudiéramos llamar dios o dioses (siendo conscientes de la metáfora) es el Tercero incluido (por tanto, de naturaleza no objetiva) de la complementariedad de energías antagónicas que se encuentran o suscitan mediante la tecnología ritual. Es otra cosa. Este software es inextirpable; por ello sigue vigente hasta ahora y con muchas perspectivas de futuro, pues coincide con la actual visión cuántica de la realidad.

Ahora bien, los resultados y efectos del Continuo animista Mente-Cuerpo se expresan en lo que los cristianos llamaron idolatría, adivinación y magia; es decir, un modo de vida en el continuo biosférico, donde masa y energía, mente y cuerpo, son entendidas en su contigüidad y complementariedad, como los físicos explican la relación de la Función Onda y la Función Partícula. No se separa y reprime la energía mental (que conecta la trama de la vida) para suscitar un ente metafísico, abstracto, no relacional: absoluto: el Dios monoteísta. Por el contrario, se desarrolla una tecnología simbólica que permite manejar las energías sutiles del Continuo, a través de la ritualidad, y la ingesta de Plantas Maestras que, a través de alterar la bioquímica del organismo y, en especial, del cerebro, facilita conexiones mentales no cotidianas que permiten expandir los límites de la consciencia habitual hacia la experiencia, vivencia, de la inter-conectividad del sistema total, del cual el ser humano es una sinapsis. El monoteísmo que privilegia lo opuesto: la Separación, primero: Dios-Hombre, luego: mente-cuerpo, sujeto-objeto, masculino-femenino… no puede soportar una civilización que se basa en el Continuo masa-energía: E=mv2. De ahí a entenderlos como no-racionales, hay un paso. Hoy, quinientos años después, los fastos de la razón están de capa caída. La Razón ha producido monstruos, como dijera Goya y está en el origen de la actual crisis climática y el colapso de la civilización industrial.

Otro complejo semántico que les hizo ruido a los españoles es el que está compuesto por los sacrificios humanos, el canibalismo y la antropofagia. Ya desde entonces hay debate. A modo de ejemplo leamos esta cita de Bartolomé de Las Casas: “Esto de sacrificar hombres y comerlos, como dice Gómara, yo creo que no es verdad, porque siempre oí en aquel reino de Yucatán que ni hobo sacrificios de hombres, ni se supo qué cosa era comer carne humana, y decirlo Gómara, como ni lo vido ni lo oyó sino de boca de Cortés, su amo y que le daba de comer, tiene poca autoridad, como sea en su favor y en excusa de sus maldades; sino que esto es lenguaje de los españoles y de los que escriben sus horribles hazañas, infamar todas estas inversas naciones para excusar las violencias, crueldades, robos y matanzas que les han hecho, y cada día y hoy les hacen”.

Sea como fuere, lo cierto es que los sacrificios humanos, el canibalismo y la antropofagia se convirtieron en argumentos para racionalizar la dominación hispánica y justificar la superioridad occidental sobre la inferioridad amerindia y, por consiguiente, la necesidad de su esclavitud; pues si se tuviese que pagar su mano de obra, como si fuesen cristianos, hubiera sido imposible la acumulación originaria del capitalismo moderno.

Pero hay más. La reacción europea ante los sacrificios humanos, la antropofagia y el canibalismo deriva de su Separación mente-cuerpo, vida-muerte. La visión animista, basada en el Continuo mente-cuerpo, vida-muerte, entiende que entre vida y muerte hay contigüidad: las células nacen, crecen, mueren, vuelven a nacer y así sucesivamente. Hoy sabemos que ninguno de nosotros sigue teniendo las células con las que nació. Vida y muerte se encabalgan mutuamente. La vida es un proceso continuo de autofagia permanente; hay una cadena trófica, alimentaria, que permite el funcionamiento del sistema vida; es decir, la circulación de materia y energía: cada uno se alimenta del precedente y es alimento del siguiente. En el caso humano, el siguiente escalón de la red trófica es de naturaleza simbólica: los sacrificios a los “dioses”. La Vida es devoración pura.

Ahora bien, la diferencia específica, del monoteísmo abstracto, es que va a sublimar el sacrificio real, la ingesta física por un sacrificio expiatorio (sacrificio de Isaac, muerte de Jesús) y una ingesta metafísica: la comunión eucarística del cuerpo y sangre de Jesucristo. El animismo no va a sublimar esa ingesta, por razones obvias. Esta es la diferencia. Lo demás son argumentos para justificar la dominación, el sadismo y otras patologías sexuales que conocemos por las crónicas del siglo XVI y los protocolos pastorales de la evangelización.

Vale la pena cerrar esta consideración con una cita del Marrano Miguel de Montaigne a este respecto: “(…) lo que ocurre es que cada uno llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres. Como no tenemos otro criterio para distinguir la verdad y la razón más que los ejemplos que observamos y las opiniones y costumbres del país en que vivimos, para nosotros allí se encuentra la religión perfecta, el gobierno perfecto y el más perfecto e insuperable uso de las cosas (…). Deberíamos llamar salvajes a las cosas que hemos alterado con nuestros artificios y apartado del orden común”. Los Marranos relativizan: relacionan, pues saben de la paridad complementaria.

Resumiendo, las objeciones del Monoteísmo al Animismo son: sodomía, idolatría, magia, adivinación, sacrificios humanos, canibalismo, antropofagia.

Ello, los lleva a descalificarlos de:

Bárbaros, salvajes, bestias, animales, seres inferiores, no humanos, no civilizados
Lo cual justifica su:
Esclavitud: explotación económica, sujeción política, servidumbre social.
Esta es, pues, una radiografía del encuentro entre ambas civilizaciones y que va a fundar la modernidad occidental.

Veamos la otra raíz: el racionalismo filosófico griego.

El largo retumbo del racionalismo

El racionalismo occidental arranca con los presocráticos; se desarrolla con Sócrates, que distingue entre saber auténtico, mera opinión y creencia. El conocimiento auténtico se distingue de la mera opinión porque está motivado. Su verdad está asegurada con pruebas. Según Aristóteles, se da auténtico conocimiento cuando se conocen las causas por las que algo es como es. Distingue él, entre conocimiento mediato (las conclusiones lógicas deducidas de supuestos primeros) y saber inmediato (conocimiento de la verdad de los primeros principios). El ejemplo clásico de semejante ideal de conocimiento lo representa la geometría euclidiana, donde de las proposiciones supremas (axiomas o postulados) se deducen lógicamente todas las demás proposiciones. Todas las proposiciones de ese sistema se presentan seguras de su verdad: las primeras por el conocimiento inmediato, las restantes por deducción lógica. En la edad media, Averroes, Maimónides, Tomás de Aquino, van a recibir este aparato lógico y van a modelar el corpus conceptual con el que Europa va diseñar su institucionalidad social, política y simbólica y que se va a condensar y llegar a su apogeo en lo que ha dado en llamar el Paradigma newtoniano. Hoy estamos transitando hacia un paradigma cuántico y a geometrías no euclidianas.

Así, pues, con este mapa conceptual desplegado, analicemos la Disputa propiamente dicha.

La Disputa de Valladolid

Ante las atrocidades denunciadas por Bartolomé de las Casas, Antonio de Córdoba, Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Antonio de Montesinos y otros, Carlos V quiso poner coto a los desmanes. Decretó en 1542 las Nuevas leyes de Indias, donde puso como condición que antes de someter nuevos territorios, los indios debían ser requeridos a la obediencia de la fe católica y de la corona española, mediante un bando que se les debía leer antes de atacarlos. Estos Requerimientos no fueron sino un disfraz leguleyo del genocidio amerindio.

Las Casas nos pinta la atmósfera en la que tiene lugar la Disputa: «El alma humana se consterna con el terror; con el “griterío” con el miedo, con las palabras duras, y mucho mas con los tormentos, se conturba se entristece, y en consecuencia, se niega a oír y considerar. Los sentidos exteriores y también el interior como la fantasía o la imaginación, se conturban; y la razón, por consiguiente, se oscurece; el entendimiento no percibe ni puede percibir una forma inteligible, amable o deleitable, sino por el contrario, una forma que entristece haciéndose odiosa, puesto que el mismo entendimiento percibe todo aquello como malo y detestable, como lo es en realidad».

Veamos, ahora, cómo las energías de la función Onda y la función Partícula se expresan en la Disputa de Valladolid. Bartolomé de Las Casas expresa las energías bosónicas de la conjunción y Juan Ginés de Sepúlveda las energías de la disjunción; las primeras más femeninas, las segundas más masculinas.
A pesar de que Francisco de Vitoria no participó de la Disputa, su doctrina y su Escuela de pensamiento gravitaron decisivamente, sobre todo, en lo que atañe al debate sobre la naturaleza de los amerindios y sobre si es lícita la conquista o no. Los Marranos sefardíes pusieron las bases del pensamiento crítico de la modernidad.
Tesis de Juan Ginés de Sepúlveda

Sepúlveda era partidario de la guerra contra los indios, pero había que justificar esa guerra. Para ello, en su libro Democrates secundus o de las justas causas de la guerra contra los indios, propuso cuatro «Justos títulos» para justificar la conquista:

El derecho de tutela de los indios que implica su sometimiento al gobierno de los cristianos y, a saber, por su propio bien, puesto que son incapaces de gobernarse a sí mismos; lo cual, empero, no significaba que se los debía reducir a servidumbre o esclavitud.

La necesidad de impedir, incluso por la fuerza, el canibalismo, la sodomía, la adivinación, la magia …

La obligación de salvar a las futuras víctimas que serían sacrificadas a los falsos dioses.
El mandato de evangelización, que Cristo dio a los apóstoles y el Papa al Rey católico. Hacer la guerra, facilitaría grandemente la prédica de la fe.
El conjunto de estos argumentos, los razonó en varias obras que pueden englobarse en argumentos jurídicos y argumentos teológicos.
Los argumentos jurídicos

Aquí se debate, por primera vez, acerca de “Civilización y Barbarie”, como pretexto para apropiarse de los territorios indígenas, hacerles la guerra y someterlos políticamente.

¿Quiénes son bárbaros para Sepúlveda? Los que no tienen escritura y, por tanto, leyes escritas; los que no conocen el dinero y la propiedad privada; los que no conocen una ciencia materialista y mecánica; los que no actúan conforme a razón y, por tanto, son ineptos para gobernarse. Curiosamente, añade una característica más: son “cobardes”: no les gusta hacer la guerra y prefieren métodos no violentos de resolución de conflictos.

Como consecuencia de ello, tienen malas costumbres; es decir, no conocen la represión sexual. Ello autorizaba a cualquier pueblo civilizado, vale decir: reprimido, a sacarlos de su estado no humano y someterlos a su dominio político, basado en la razón y las buenas costumbres, incluso por la armas.
Argumentos teológicos
Se remite al libro de los Proverbios: “El que es necio servirá al sabio” tales son las gentes bárbaras e inhumanas, ajenas a la vida civil y a las costumbres pacíficas, y será siempre justo y conforme al derecho natural que tales gentes se sometan al imperio de príncipe y naciones más cultas y humanas, para que merced a sus virtudes y a la prudencia de sus leyes, depongan la barbarie y se reduzcan a vida más humana y al culto de la virtud”
Si fallasen los medios racionales, Sepúlveda sostenía que “Si no se puede proveer de otro modo el asunto de la religión, es licito a los españoles, ocupar sus tierras y provincias, y establecer nuevos señores y destituir a los antiguos.
La tesis de Bartolomé de Las Casas
Las Casas demostró la racionalidad de los indios a través de su civilización material: arquitectura, caminos, hardware agronómico; es decir, a partir de su maestría tecnológica. No encontró en las costumbres de los indígenas americanos una mayor crueldad que la que pudiera encontrarse en las culturas del Viejo Mundo, incluida España.
Frente a los «justos títulos», que defendía Sepúlveda, las Casas se valió de los argumentos de Francisco de Vitoria quien había expuesto una lista de «títulos injustos» y otros «justos títulos»:
En sus títulos injustos, Vitoria fue el primero que se atrevió a negar que las Bulas de Donación Papal, emitidas por Alejandro VI, fuesen un título válido de dominio de las tierras descubiertas. Asimismo, sostuvo que tampoco eran aceptables: el primado universal del emperador, la autoridad del papa, ni un sometimiento o conversión obligatorios de los indios. No se les podía considerar pecadores o poco inteligentes, sino que eran libres por naturaleza y dueños legítimos de sus propiedades.
Las Bulas de Donación y el Requerimiento eran títulos menos seguros que los que otorgaban la aplicación del Derecho de Comunicación que, si era negado por los indígenas, permitía a los españoles obtenerlo a la fuerza.
Negó el derecho de ocupación por la pura aplicación de la fuerza, pero defendió la libertad de transitar por los mares, argumento muy polémico también defendido por Hugo Grocio, y que no convenía al monopolio colonial del comercio con las Indias.

La evangelización no era una obligación de los españoles, pero sí un derecho de los indígenas.

Para conversar en los Centros de alta conectividad

Vocabulario

Monoteísmo

Es una creencia relativamente reciente, hace unos cinco mil años, que surgió en un arco geográfico que va de la Mesopotamia a Egipto y que ha llegado hasta nuestros días a través de lo que se llama la Tradición abrahámica que dio a luz tres religiones: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Su rasgo distintivo es la noción de Separación: separa dios de naturaleza y, a partir de ahí, todo lo demás, para poner todo el énfasis en una sola polaridad; en una sola energía. Como parece, empero, que la experiencia de la realidad no es separable, luego, se ve en la necesidad de volver a ligar lo separado; a ese ejercicio que, después, se institucionaliza, se le llama, justamente, religión: religar. Separa y religa a una sola polaridad: esa es su marca.

Patriarcado

Este Monoteísmo pone el énfasis en las energías fuertes, que la física llama energías fermiónicas y que, a nivel antropomorfo, se identifican con la energía paterna, con lo masculino y para ello no tienen más remedio que reprimir la energía materna, lo femenino; puesto que no la puede hacer desaparecer, como le hubiera gustado. En el Patriarcado los símbolos, los valores y las energías masculinas son estimados positivamente y se construye la sociedad y sus instituciones sobre esos valores. La represión de las energías femeninas termina produciendo un malestar en este tipo de civilización, unilateral y unidimensional: Freud y Marcuse, que potencia las pulsiones de muerte: Thanatos.

Represión de la sexualidad

Parece ser que las sociedades no monoteístas han disfrutado de una sexualidad más libre, por lo menos sin las nociones de culpa y de pecado. En el caso nuestro, las crónicas del siglo XVI, respecto de las Tierras altas, y la experiencia actual, en el caso de las Tierras bajas, nos muestran sociedades que supieron vivir “edénicamente”, aunque, claro, 500 años de dominación patriarcal: extirpación de idolatrías, misiones e imposición de las instituciones monoteístas: estado, mercado, ciudades, cuartel, escuela, hospital, manicomio, diseñadas para reprimir y controlar la sexualidad, han dejado su huella. Foucault. Parece ser que la represión de la sexualidad: el tiempo hurtado al holgar: al dolce far niente, suscita y potencia otras capacidades latentes en el ser humano, como el estudio: escritura-lectura-comentario, la abstracción, separar el tiempo del espacio, calcular el tiempo, prever, planificar, diferir el placer, ahorrar, invertir ahora para lucrar más tarde… activar más el lóbulo neuronal izquierdo, que se han ido traduciendo, en un largo proceso de prueba-error, en desarrollar las pulsiones de dominación y control de la naturaleza y de la sociedad. A mayor represión de la sexualidad, mayor competitividad, eficiencia y eficacia. A menor represión, mayor alegría, confianza y disfrute de lo que hay: Eros.

Esencialismo

Cuando los seres humanos empezamos a pensar a partir de las posibilidades que ofrecía la escritura, empezamos a desarrollar un mapa conceptual del mundo que nos permite detener el fluir eterno de la realidad. La humanidad animista toma la opción contraria: decide que la realidad fluya nomás y se acomoda a su fluir. Emprende el otro camino. El homo occidentalis, al descubrir la escritura: las palabras, los sustantivos abstractos, se percata que tiene en las manos una herramienta que le permite detener, examinar, comprender, controlar y manipular el mundo. La ciencia va a hacer gran uso de ello: definiciones, Linneo, por ejemplo, aunque también la va a paralizar por buenos siglos. El verbo ser, ese, del cual esencia, es su patencia, su presencia más clara, se encarga de organizar y expresar este primer gran fruto del invento del alfabeto y la escritura. Las palabras empiezan a remplazar el mundo. Platón consideró la esencia, ousía, como una idea o forma eterna e inmutable de las cosas materiales. El mundo se desdobla más allá de lo físico, de modo no energético (que es el modo como el homo animista la va a llevar a la perfección); el logos remplaza a energeia; aparece la noción de trascendencia. Platón considera, además, las ideas como esencias separadas; no sólo eso, sino como la verdadera realidad. En cualquier caso, las ideas son modelos de las cosas materiales y éstas únicamente lo son por participación y no constituyen verdadero ser. El mundo se desmaterializa para el alfabetizado. El mapa: las definiciones, los sustantivos abstractos, las palabras escritas van a remplazar el territorio. La cama está tendida para que vengan, luego, el reino de las ideas o el reino de dios y pueda empezar el desequilibrio de los ecosistemas terrestres. La escritura segrega esencialismo de modo automático y, con el tiempo, de modo inconsciente. Los occidentales somos esencialistas por diseño. Tendemos a confundir el mapa con el territorio.

Para conversar

¿Qué piensas de esa historia sobre esos “otros” españoles, llamados de muchas maneras: sefardíes, judeo conversos, cristianos nuevos, cripto judíos, marranos? ¿Habías escuchado esta otra versión de la historia? ¿Por qué piensas que Vitoria y Las Casas se pusieron del lado amerindio? ¿Hay afinidades entre estos “Otros” del catolicismo ibérico? ¿Cuáles? ¿Será, uno de ellos, el bautismo forzado? ¿El pensar y vivir lo contradictorio? ¿El buscar la complementariedad de los opuestos?

¿Qué te parecen los Justos Títulos que redacta la intelligentsia marrana para frenar, con argumentos razonados, la pulsión depredadora, también razonada, por Sepúlveda? ¿Cómo valoras esos justos títulos en el contexto actual? Verifica si cada uno de ellos sigue pertinente en las circunstancias actuales de un Estado plurinacional, porque los sepúlvedas no van a desaparecer, son la otra energía de lo real. La inteligencia racional hay que relativizarla con la inteligencia emocional y viceversa. ¿Cuántos tipos de razón reconoces? ¿Qué piensas de esta idea: todos llevamos un sepúlveda y un las casas dentro de nosotros mismos?

¿Qué piensas de la distinción Animismo / Monoteísmo? ¿Conoces una mejor distinción para visualizar la diferencia entre Occidente y la Indianidad? ¿Qué te parece la adscripción del patriarcado y lo antropocéntrico al monoteísmo y de lo matriarcal y biocéntrico al animismo?

¿Has pensado en la importancia de la represión sexual monoteísta para entender la ferocidad de la conquista y la colonización? ¿O nada que ver? ¿Conoces culturas no represivas que han conquistado otros pueblos? ¿Cuáles? En esos casos ¿se puede hablar, rigurosamente, de conquista o por metáfora? Los tiwanakotas, waris, incas, ¿conquistaron o hicieron alianzas? ¿Son conceptos análogos o equivalentes o homeomórficos guerra y t´inku? ¿Qué opinión te merece el dicho de que los incas fueron tan conquistadores y colonizadores como los españoles? ¿Es el patrón español, universal? ¿Piensas que el Capitalismo y la Reciprocidad tienen algo que ver con lo que estamos hablando?

¿Por qué piensas que los españoles tenían la necesidad de justificar, teóricamente, sus fechorías? ¿Cómo valoras que un Estado ponga a debate sus lados más oscuros e incluso abominables? ¿A qué crees que ello se debe?

¿Cuáles son los argumentos que usan los españoles para justificar la Conquista? Te los recuerdo: sodomía, idolatría, magia, adivinación, sacrificios humanos, canibalismo, antropofagia. Ello, los lleva a descalificarlos de: bárbaros, salvajes, bestias, animales, seres inferiores, no humanos, no civilizados. Lo cual justifica su: esclavitud: explotación económica, sujeción política y servidumbre social. ¿Qué opinión te merecen? ¿Cómo contra argumentarías esas justificaciones?

¿Qué opinión te merecen los argumentos de Sepúlveda para justificar la conquista? Te los recuerdo:
. no tienen escritura y, por tanto, leyes escritas
. no conocen el dinero
. no conocen la propiedad privada
. no practican una ciencia materialista y mecánica
. no actúan conforme a razón y, por tanto, son ineptos para gobernarse
. no les gusta hacer la guerra
. prefieren métodos no violentos para resolver los conflictos.

¿Te parece que esa situación, de considerar a los indios como inferiores o menores de edad, ha desaparecido con la colonia, la república, el estado plurinacional?

En La Constitución Política del Estado Plurinacional, ha entrado todo lo que circulaba por el imaginario boliviano de esos años: 2006-2009? ¿Qué operaciones quirúrgicas se han hecho para extirpar de esa Constitución los elementos indígenas? ¿Cuáles son esos elementos? ¿Cómo los evalúas a la luz de la Controversia de Valladolid?

En el actual gobierno ¿los indios siguen estando bajo tutela o tuición de los no indios? Si, sí ¿qué ejemplos conoces? ¿Cómo se ralea a los indios actualmente o cómo se los congela o neutraliza? ¿Cuáles son los argumentos? ¿Por qué los indios se dejan? ¿Cuál es la lógica por detrás?

¿Qué tal si comparamos los dos modelos?

Modelo occidental Modelo amerindio
Tienen escritura y leyes escritas Tienen muchos sistemas de signos y las leyes están vivas en las costumbres
El modelo precisa de propiedad privada Conocen el usufructo de los dones de la Madre Tierra
Manejan dinero, bancos, acumulan, tasas Conocen la Reciprocidad: ayni, minka…
Ciencia materialista y mecánica Practican una ciencia holista y cuántica
Actúan conforme a Razón Actúan con la Ch´uyma
Les gusta hacer la guerra Les gusta hacer alianzas y acuerdos
Lógica ganar-perder Lógica ganar-ganar

PART13

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